viernes, 27 de agosto de 2010

Señoras que seleccionan empleados basándose en Facebook

Hoy conocemos que el Parlamento Alemán votará, y previsiblemente aprobará, un anteproyecto de Ley sobre privacidad en el trabajo en el que prohibirá a los responsables de recursos humanos utilizar las redes sociales para obtener información privada de sus empleados o futuros. En los últimos meses, el país germano ha dejado claro que la protección de los datos privados de los usuarios de la red es un reto fundamental en la elaboración de leyes relacionadas con el ámbito digital. El New York Times apunta, textual y sorprendentemente, que “la etapa nazi de la historia de Alemania ha hecho al país extremadamente cauteloso en materia de privacidad individual”. La asociación me parece reprochable cuanto menos, por su simpleza...
Si bien es cierto que son varias las contiendas que el gobierno alemán ha tenido y tiene con diferentes empresas sospechosas de vulnerar la protección de datos de los usuarios, yo achacaría estas acciones no sólo a una sensiblidad especial por parte de los legisladores alemanes con este asunto, sino también a una estrategia clara de acercamiento a un determinado segmento de la ciudadanía: usuarios habituales de internet que se ven especialmente protegidos por las Autoridades en el entorno en el que más se manejan.

Durante el Foro Internacional de Contenidos Digitales 2009 (Ficod), estuve presente en la mesa redonda Políticas y medidas legislativas en materia de protección de derechos de propiedad intelectual en el entorno digital en la que, entre otros, participaba la Jefa de la División de Legislaciones para los Derechos de Autor y las Publicaciones, del Ministerio de Justicia de la Alemania Federal, Irene Pakuscher, quien aseguraba que la legislación alemana en este campo estaba en pleno proceso de armonización con Europa y hacía alusión al famoso caso Promusicae vs. Telefónica, en el que el Tribunal de Justicia de la UE daba finalmente la razón a las empresas telefónicas, concluyendo que éstas no están obligadas a ceder a la asociación de productores y editores de música los datos de los usuarios de P2P. La representante alemana defendía entonces la privacidad del internauta como prioridad absoluta también en el conflicto protección de datos/protección de la propiedad intelectual.

Facebook cuenta con 500 millones de usuarios (hoy sale a prensa también que la red social saldrá pronto a la Bolsa y que su valor supera los 26.500 millones de euros), y su máxima defensa es que los usuarios tienen la posibilidad de compartir la información que ellos quieran con quienes quieran gracias a la opción de configurar la privacidad en tu perfil. Pero todos sabemos que con ese pseudo-blindaje nuestra información privada no estará a un click, sino a unos 20 clicks de quien ponga empeño en acceder a ella. Por eso, los consejos de las Agencias de Protección de Datos europeas aluden al sentido común y se resumen en un “si tienes información que no quieres compartir, no utilices Facebook”.

Las mayores críticas al anteproyecto de ley se basan, sobre todo, en que la aplicación de la misma será imposible en la práctica. Pero es cada vez más frecuente que las empresas dedicadas al Human Resources Consultancy incluyan la búsqueda en Facebook como parte de su asesoramiento a los clientes. Por ello, realista o no, la medida alemana me parece un toque de atención a los responsables de personal de las empresas que, aún habiendo sido formados para decidir sobre la idoneidad de un candidato en base a un importante número de factores y mediante la aplicación de una serie de herramientas para reclutar y seleccionar empleados para un determinado puesto, utilizan información que yo llamaría semiprivada, esto es, recurren a la milenaria práctica del cotilleo pero en versión online.

También en Ficod, Jesús Rubí, de la AEPD, aseguraba que “frente al fenómeno de las redes sociales, la preocupación de los que velamos por la privacidad de los usuarios es cada vez mayor, porque manejan un gigantesco volumen de información vulnerable, prácticamente inabarcable”. Por ello me parece mucho más útil la medida anunciada también desde el Gobierno de Alemania hace unas semanas, sobre la inclusión de una asignatura en los planes de estudio que eduque a los jóvenes para que se enfrenten a los riesgos de la privacidad con información, y cuyo objetivo último es que los alumnos conozcan sus derechos digitales, sin obviar los beneficios de las redes sociales. Como en muchos otros asuntos sobre los que es necesario concienciar a la ciudadanía, creo que la educación y la información son, sin duda, elementos imprescindibles en el proceso de sensibilización.

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