lunes, 30 de agosto de 2010

El Gran Testigo

Este fin de semana llega a mis oídos que la ONG WITNESS y Youtube (Google) están llevando a cabo una campaña online, a través de un blog, en la que se invita a los internautas a debatir sobre las posibilidades del vídeo como herramienta de denuncia social.

Indagando algo más en la información, doy con la ONG y las muchas denuncias en las que ha colaborado en los últimos años. Descubro asombrada que, bajo el lema See it, Film it, Change it, tiene como razón de ser el apoyo a los defensores de derechos humanos (organizados o no) para incorporar el vídeo como instrumento de incidencia en su trabajo. El objetivo de WITNESS (testigo en español) es, en palabras de su portavoz, que el vídeo sea “una herramienta complementaria a las metodologías tradicionales de los defensores para lograr cambios en la práctica y la política de los derechos humanos”. Me parece una idea formidable para los tiempos de la Generación i: algo así como el Gran Hermano de George Orwell, pero a la inversa. Esta vez, la sociedad civil es la que observa.

Curiosamente, en la introducción al debate se alude a imágenes de las manifestaciones en Irán o del trabajo infantil en Kazakhstan, cuyo impacto ha sido notable en todo el mundo; pero se recuerda también que el propio site YouTube, ha sido censurado ya en varios países (China es, probablemente, el enemigo público número uno de Google...). Parece que el objetivo de la discusión no es otro que descubrir propuestas para poner la tecnología al servicio de la denuncia social. Pero, lógicamente, YouTube está interesado en conseguir apoyos en este pantanoso asunto, ya que son precisamente los países más susceptibles de ser denunciados aquellos que más frenos ponen a las nuevas tecnologías (y en muchos casos no tanto por censura sino también por la escasez de recursos).

En mi búsqueda sobre el asunto, descubro también que WITNESS cuenta con el apoyo de diversas caras conocidas, y doy con el Documental Cámaras contra la Violencia (2002), que relata cuál es el origen de la ONG: Mike Posner, presidente, cuenta cómo el rockero inglés Peter Gabriel propone al Comité de Abogados por los Derechos Humanos la creación de una organización que proporcione estructura de producción, postproducción y distribución de vídeos que revelen violaciones de derechos humanos. Según leo en la web oficial, la organización colabora con diferentes causas, la mayoría de ellas en el tercer mundo y especialmente en África.

Si queréis más información sobre la ONG, es posible consultar el manual WITNESS Vídeo para el Cambio, con su correspondiente vídeo. Entre sus actividades, me llama la atención la formación de periodistas y profesionales relacionados con la denuncia social. Si estáis interesados en participar en el debate abierto en YouTube (en inglés, eso sí), os dejo las varias vertiendes del vídeo como herramienta de defensa de los Derechos Humanos que propone WITNESS:

- El vídeo como fuente para la difusión de noticias y como archivo para “b-roll”.
- Producción de un vídeo documental para sensibilizar al público general sobre una temática.
- Producción de un anuncio de servicio público (“spot”).
- Aparición del material en Internet con otras campañas
- El vídeo como herramienta de sensibilización y organización para comunidades a nivel local, grupos de solidaridad, ONGs, etc.
- Informes en vídeo a otros organismos que tienen peso sobre un tema de derechos humanos (Ej. Empresas multinacionales, instituciones financieras, etc.).
- Informes en vídeo a un órgano de derechos humanos a nivel nacional; regional o internacional. (Ej. Comisión de DDHH, Relatora/a de un país, Grupo de Trabajo sobre una temática específica, etc.).
- Prueba (directa o indirecta) ante instancias judiciales a nivel nacional; regional o internacional.



*Como ya llega septiembre y, con él, la escasez de tiempo libre, como aviso a navegantes (nunca mejor dicho), os informo de que de aquí en adelante el blog verá reducido considerablemente el volumen de sus entradas :) Procuraré, más que nunca, que éstas despierten vuestra curiosidad y sean de vuestro interés.

viernes, 27 de agosto de 2010

Señoras que seleccionan empleados basándose en Facebook

Hoy conocemos que el Parlamento Alemán votará, y previsiblemente aprobará, un anteproyecto de Ley sobre privacidad en el trabajo en el que prohibirá a los responsables de recursos humanos utilizar las redes sociales para obtener información privada de sus empleados o futuros. En los últimos meses, el país germano ha dejado claro que la protección de los datos privados de los usuarios de la red es un reto fundamental en la elaboración de leyes relacionadas con el ámbito digital. El New York Times apunta, textual y sorprendentemente, que “la etapa nazi de la historia de Alemania ha hecho al país extremadamente cauteloso en materia de privacidad individual”. La asociación me parece reprochable cuanto menos, por su simpleza...
Si bien es cierto que son varias las contiendas que el gobierno alemán ha tenido y tiene con diferentes empresas sospechosas de vulnerar la protección de datos de los usuarios, yo achacaría estas acciones no sólo a una sensiblidad especial por parte de los legisladores alemanes con este asunto, sino también a una estrategia clara de acercamiento a un determinado segmento de la ciudadanía: usuarios habituales de internet que se ven especialmente protegidos por las Autoridades en el entorno en el que más se manejan.

Durante el Foro Internacional de Contenidos Digitales 2009 (Ficod), estuve presente en la mesa redonda Políticas y medidas legislativas en materia de protección de derechos de propiedad intelectual en el entorno digital en la que, entre otros, participaba la Jefa de la División de Legislaciones para los Derechos de Autor y las Publicaciones, del Ministerio de Justicia de la Alemania Federal, Irene Pakuscher, quien aseguraba que la legislación alemana en este campo estaba en pleno proceso de armonización con Europa y hacía alusión al famoso caso Promusicae vs. Telefónica, en el que el Tribunal de Justicia de la UE daba finalmente la razón a las empresas telefónicas, concluyendo que éstas no están obligadas a ceder a la asociación de productores y editores de música los datos de los usuarios de P2P. La representante alemana defendía entonces la privacidad del internauta como prioridad absoluta también en el conflicto protección de datos/protección de la propiedad intelectual.

Facebook cuenta con 500 millones de usuarios (hoy sale a prensa también que la red social saldrá pronto a la Bolsa y que su valor supera los 26.500 millones de euros), y su máxima defensa es que los usuarios tienen la posibilidad de compartir la información que ellos quieran con quienes quieran gracias a la opción de configurar la privacidad en tu perfil. Pero todos sabemos que con ese pseudo-blindaje nuestra información privada no estará a un click, sino a unos 20 clicks de quien ponga empeño en acceder a ella. Por eso, los consejos de las Agencias de Protección de Datos europeas aluden al sentido común y se resumen en un “si tienes información que no quieres compartir, no utilices Facebook”.

Las mayores críticas al anteproyecto de ley se basan, sobre todo, en que la aplicación de la misma será imposible en la práctica. Pero es cada vez más frecuente que las empresas dedicadas al Human Resources Consultancy incluyan la búsqueda en Facebook como parte de su asesoramiento a los clientes. Por ello, realista o no, la medida alemana me parece un toque de atención a los responsables de personal de las empresas que, aún habiendo sido formados para decidir sobre la idoneidad de un candidato en base a un importante número de factores y mediante la aplicación de una serie de herramientas para reclutar y seleccionar empleados para un determinado puesto, utilizan información que yo llamaría semiprivada, esto es, recurren a la milenaria práctica del cotilleo pero en versión online.

También en Ficod, Jesús Rubí, de la AEPD, aseguraba que “frente al fenómeno de las redes sociales, la preocupación de los que velamos por la privacidad de los usuarios es cada vez mayor, porque manejan un gigantesco volumen de información vulnerable, prácticamente inabarcable”. Por ello me parece mucho más útil la medida anunciada también desde el Gobierno de Alemania hace unas semanas, sobre la inclusión de una asignatura en los planes de estudio que eduque a los jóvenes para que se enfrenten a los riesgos de la privacidad con información, y cuyo objetivo último es que los alumnos conozcan sus derechos digitales, sin obviar los beneficios de las redes sociales. Como en muchos otros asuntos sobre los que es necesario concienciar a la ciudadanía, creo que la educación y la información son, sin duda, elementos imprescindibles en el proceso de sensibilización.

jueves, 26 de agosto de 2010

Alborotador Tuga

Un par de días atrás, la prensa madrileña anunciaba que Rodolfo Meneses, más conocido como Mimo Tuga, está de gira por Europa y, como caído del cielo, rondaba nada más y nada menos que por la Puerta del Sol. El Tuga, como se le conoce en su tierra natal Chile, es conocido por alterar con su pantomima el orden público en espacios emblemáticos, normalmente en grandes ciudades. Durante cuarenta minutos al día, el clown ha paralizado a los acelerados y afortunados que pasaban por uno de los puntos más transitados de la capital.

Ayer tuve la suerte, buscada, de formar parte de su público. Y digo buscada porque hubiera preferido encontrármelo, así de repente, como muchos de los paseantes que, desconcertados y curiosos, se asomaban para saber qué ocurría en medio del círculo humano, cada vez más amplio, en el que los previamente informados ya aplaudíamos y reíamos ante las ocurrencias del irreverente e hiperactivo personaje.

Teniendo en cuenta que la fama internacional de este mimo viene, en parte, por los varios incidentes que ha tenido con las autoridades e incluso con el propio público en otras ciudades, observé concienzudamente las reacciones de los espectadores ayer. Todos quedamos gratamente impresionados por la actitud de quienes, sin esperarlo, se veían inmiscuidos en el juego surrealista de Tuga y, obligados a pasar por debajo de sus elásticas piernas o a tocar el claxon al ritmo de sus indicaciones, se mostraban más que participativos incluso en plena jornada laboral.

Con una divertida mezcla de improvisación y deliberación casi imperceptible para el público, el mimo supo alborotar el tráfico con su silbato, cachear a taxistas, colarse en descapotables y, siempre en un silencio contagioso, flagelarse ante el sonido de las campanas de la mítica Puerta del Sol.

Entre las risas y las ovaciones de asombro que nos devolvían a la infancia durante el número, todos empatizamos casi automáticamente con los niños que Tuga sacaba al ruedo: algunos aterrados, otros nerviosos y algún que otro valiente que hizo tambalear la seguridad con la que el mimo se dirigía al público. Cada vez más propensa al miedo escénico, me fascina la capacidad con la que los actores, y especialmente los que se atreven con la mímica en escenario urbano, se dirigen sin miedo a sus espectadores. Admiro particularmente el cariño que los mimos transmiten a quienquiera que tengan delante, aunque confieso que de pequeña los mimos, payasos y derivados me daban auténtico pavor...

La última sorpresa de la noche vino al comprobar cómo el público al completo, a modo de culminación de la complicidad mutua que estuvo patente durante todo el show, se acercaba animadamente para contribuir al sueldo de Tuga. Salario que, como el del resto de sus compañeros de profesión, está marcado por la impresivible y a veces desagradecida suerte del momento.

"...eres maravilloso, me recuerdas mucho a mi padre, creo que es como si su alma
nos visitara". Geraldine Chaplin, actriz, en la "
Carta a Tuga" (2008).

**La foto es de baja calidad, pero al menos es propia :)

miércoles, 25 de agosto de 2010

Toy Story 3 (sin D)

Ayer fui al cine a ver Toy Story 3, pero no llegamos a tiempo para la sesión en 3D, así que finalmente disfrutamos de la película en el formato tradicional. Animada por todos los muchos amigos que la habían visto ya, fui dispuesta a reirme y emocionarme con una película “para niños” al más puro estilo Pixar. He intentado seleccionar a uno de los personajes para erigirlo como mi favorito pero, por el momento, no he sido capaz: la entrañable y soñadora Bonnie es una firme candidata, aunque el BuzzLightyear andaluz me hizo reir a carcajadas. Eché en falta más diálogo con el inconfundible y genial doblaje de Diego el Cigala. Una vez más, los guionistas estadounidenses no tienen muy claro cómo situar España en el mapa y los movimientos de Buzz-Cigala, supuestamente flamencos, terminaban por convertirse en algo así como un híbrido entre tango, mariachi y movimientos al más puro estilo bullfighter mejicano. Entrañable y divertida, la película no defrauda, nos hará dudar la próxima vez que pensemos en tirar un juguete a la basura, y merece sin duda el título de más taquillera de la historia del cine, con más de 900 millones de dólares de recaudación en los primeros días en cartelera.

Según he investigado, sí que merecía la pena ir a la sesión en formato 3D y añadir tres euros al más que considerable presupuesto que requiere ir al cine (con palomitas y refresco, por supuesto), ya que la obra de Pixar ha sido rodada en tres dimensiones. Las tres películas que se anunciaban antes del genial corto que introducía Toy Story se presentaban también en formato 3D y, de ahí, mi reflexión de hoy (aunque ya me estoy extendiendo más de lo que me han recomendado).

Semanas atrás leía un artículo que alertaba sobre El timo de la estampita en 3D, que hacía referencia al filón que ha encontrado la industria cinematográfica en el formato tridimensional, el único capaz de atraer público a las macrosalas de cine en tiempos de crisis para el celuloide.
Yo misma he visto ya varias películas en 3D y, sin duda, existe una diferencia abismal entre aquellos filmes que han sido rodados íntegramente en formato tridimensional, como Avatar (cuya historia se desarrolla en el planeta imaginario Pandora, de una belleza virtual digna de ser disfrutada en tres dimensiones), y las que cuentan con escasas escenas preparadas para las consabidas gafas, como es el caso de Up.

La dimensionalización (pasar una película rodada en 2D a 3D en el proceso de postproducción) resulta, al parecer, mucho menos costoso (un 30%) que el rodaje tridimensional pero, sin duda, los efectos resultantes son mucho menos espectaculares y, casi siempre, restan calidad a la película original. Un claro ejemplo de ello es Alicia en El País de las Maravillas, película que decepcionó considerablemente a esta fan incondicional de Tim Burton. Tengamos cuidado con el reclamo 3D.

martes, 24 de agosto de 2010

Igualdad ¿en la Red?


Hace meses leía en elpais.com el primer capítulo del libro Y Google, ¿cómo lo haría? No me convenció nada su autor Jeff Jarvis, quien, curiosamente, contaba en el primer capítulo el famoso episodio de DELL y los bloggeros en el que, con el propio Jarvis a la cabeza, hicieron tambalear los cimientos de la empresa*, obligándola a introducirse en la blogosfera, para escuchar (leer) y para hablar (escribir) y hacer partícipes a los usuarios de las mejoras de sus productos. Apasionante... El autor me pareció pretencioso y sus consejos acerca de cómo seguir los pasos del todopoderoso Google...humo y excesiva veneración.

En las últimas semanas, con el debate generado en torno a la neutralidad de la red, alimentado especialmente por el acuerdo entre Google y Verizon y su propuesta de legislación en este campo, el mismo Jeff Jarvis ha expresado públicamente en su blog que le sorprende que el nombre de Google esté detrás de la polémica, ¿qué gana Google con todo esto? – se pregunta -. Como si de una ONG se tratara, parece sorprender que el buscador/webmail/redsocial/organizador/mejorinventodelahistoriadeinternet haya mostrado al mundo que se trata de un negocio que, a pesar de que ya genera y mueve millones y millones de dólares, quiere seguir desarrollándose y esta vez el “todo gratis” no parece ser su máxima. Ya lo sabíamos, pero con su apoyo público y continuado a la llamada neutralidad de la red y esa capacidad encomiable para ofrecer servicios de calidad de forma gratuita, se nos había olvidado.

La neutralidad en la red es entendida como la protección igualitaria de todo aquel que quiera publicar/descargar contenidos en Internet (muchos defienden que así sea incluso si se trata de contenido ilegal). Simplificando mucho: lo que tantas y tantas líneas en la red está generando es, en realidad, un debate sobre si Internet debe o no debe ser un servicio público en el que el mayor o menor acceso pueda estar condicionado por los intereses de negocio (económicos al fin y al cabo) de proovedores o sindicadores.

En mi opinión, se trata de una utopía ilógica pensar que la red es algo así como un lugar “igualitario” (he leído esta palabra en muchas de las informaciones emitidas desde los “defensores” de la neutralidad en la Red”), e igualmente simplista me resulta dar por hecho que si se establece un marco jurídico en la red se acabará con la libertad de los internautas. Me parece absurdo, también, que creamos que quienes exigen la neutralidad en pro de los derechos de los internautas no tienen intereses, y que seamos tan sumamente ¿egocéntricos? pensando que el acceso a Internet ha de convertirse en un Derecho Universal... con universal nos referimos al primer mundo, ¿verdad? Poco tienen que decir en otros muchos países sobre su derecho a acceder a la Red, mejor les vendría que lucháramos por el acceso a las vacunas,... puestos a ser demagógicos y utópicos no me gana nadie.

En mi opinión, no sólo en Internet, sino en todo ámbito en el que exista un vacío legal, y en el que estén en juego intereses públicos y privados, de organizaciones o de individuos, ha de establecerse un marco jurídico. Es absolutamente necesario que tratemos de definir, primero, qué es realmente la neutralidad en la Red y qué normas pueden regularla sin recortar libertades, pero asegurando la innovación y el desarrollo de negocios grandes y pequeños, evitando la competencia deseal y los monopolios, y erradicando los contenidos ilegales (o al menos no facilitando el acceso a ellos). El gran número de fusiones y adquisiciones que se han llevado a cabo en los últimos años en el entramado empresarial del mundo digital nos dan una idea de cómo seguirá este cuento. Y no, no conseguiremos un mundo de igual a igual en la Red, pero es que no vivimos en un mundo de igual a igual,... es triste, pero dicen que el idealismo se cura con los años y creo que yo, desafortunadamente, estoy empezando a curarme.

Es fácil encontrar informaciones que defienden a ultranza la neutralidad de la Red (entendida como trato igualitario y sin intervención de los intereses empresariales), y un buen ejemplo de ello es el artículo ¿Quién quiere acabar con la neutralidad de la red? o el blog de Enrique Dans. Sin embargo, como esta postura es la que abunda en la red y de la que todos nos hemos empapado ya, recomiendo el resumen de la ponencia de José Luis Gamo (director de Marketing y Estrategia de Telefónica Empresas) Net Neutrality: Diez mitos, una pregunta y un posdata.

A la espera de lo que decidan los americanos (porque en España aún no somos lo suficientemente valientes como para liderar una iniativa de este calibre), seguiremos informando...




*Aquí puedes encontrar un pequeño resumen, en español, sobre el caso DELL

lunes, 23 de agosto de 2010

Bienvenidos a la Generación i


Es complicado ser original en los tiempos que corren, no sólo en la forma sino en el contenido. Como si de una Wiki gigante se tratara, la Red me resulta, cada día más, una gran enciclopedia generada por todos y cada uno de los que tenemos acceso a ella (1.200 millones de internautas en todo el mundo). Una enciclopedia no siempre objetiva, no siempre rigurosa pero que, sin duda, se ha convertido en la fuente por excelencia. Y aquí entro yo, como periodista, perioLista o Miniperiodista, ahora como blogger de la Generación i. De la Generación de la Sociedad de la Información, de la sobreinformación, de la desinformación, todo ello fruto igualmente de lo que se ha llamado democratización, de la participación ciudadana en el nuevo ciberperiodismo y en la recién denominada ciberpolítica.

Me siento afortunada por haber crecido con Internet desde una temprana adolescencia en el que las búsquedas en Encarta duraron poco, hasta la llegada de todopoderoso Google. Del IRC pasamos a Messenger, de Messenger a Fotolog, de Fotolog a Tuenti y de Tuenti a Facebook, Twitter, Linkedink, Flickr, Eskup, y un larguísimo etcétera.
Nosotros y nosotras, los jóvenes pasivos y desinteresados por la política, los que sólo hemos vivido en democracia y poco sabemos del importante cambio político y social que vivieron nuestros padres, tan implicados en lo que estaba ocurriendo y tan sorprendidos de que nostros ya no lo estemos,... nosotros y nosotras somos la Generación i. Y hemos sabido suplir esa supuesta falta de iniciativa (muy alimentada por las caras protagonistas del panorama político en nuestro país), con una activa participación en una esfera que, poco a poco, ha sabido adaptarse y darse cuenta de cuál es la forma de llegar a esta generación. Los decisores, las instituciones y sus representantes, los medios de comunicación... todos se están subiendo al carro del ciberespacio, en un principio por necesidad, pero cada vez más, como una nueva forma de comunicación que, con el tiempo, suplirá sin duda a las tradicionales.

Pero, ojo, es fácil caer en el “mito” de que la democratización de la opinión en internet es sinónimo de transparencia, de información rigurosa y objetiva, porque es el pueblo quien la crea, tú, él o yo creamos contenidos de igual a igual... ¿es que tú, él o yo no tenemos intereses? ¿no vemos igualmente las cosas desde nuestro punto de vista y con ello creamos juicios de valor con los que podemos influir en el juicio de los demás? Ahora todos somos prescriptores. Los de la Generación i también tenemos una ardua tarea ante nosotros: discernir. Ser críticos ante la información que nos encontramos se ha convertido, más que nunca, en un desafío, en la nueva forma de ejercer el contrapoder. Ojo también con el contrapoder, disfrazado a veces de páginas web repletas de reivindicaciones y utopías, sin aparente interés más que el de crear un mundo mejor; y también con ellos hemos de ser críticos, porque las cosas no son siempre lo que parecen: ni Google es tan bueno ni los malos son tan malos.

En palabras de Thierry Vedel, la sociedad de la información está caracterizada por la heterogeneidad que de los actores sociales que en ella se mueven, pero presenta de manera casi ideal, las características que facilitan la inscripción de una cuestión en la agenda pública:

... la simplicidad (las autopistas de la información son asimilables a objetos familiares, como el teléfono, el fax, la televisión por cable, el teléfono inalámbrico); la proximidad con lo cotidiano del individuo (las autopistas de la información conciernen la manera de vivir, de trabajar, de divertirse); la generalidad (todo el mundo está relacionado al mismo tiempo: se trata de un proyecto “global”); el impacto (las autopistas de la información son presentadas como una revolución tecnológica al menos equivalente a la revolución industrial). Pero es sobre todo la ambigüedad misma del tema, y su capacidad de aportar a múltiples objetivos, que explica sin duda su éxito.

En este blog trataré de cumplir con esta tarea de análisis crítico de aquella información relacionada con lo que yo llamo la Generación i, información que va desde noticias relativas al mundo digital y su continua metamorfosis, al protagonismo de la mujer en la realidad cibernética o la participación del ciudadano en la llamada micropolítica, a través de lo que se ha convertido en el epicentro de las relaciones interpersonales: la redes sociales. Por supuesto, todos aquellos aspectos relacionados con la comunicación digital (comunicación institucional y política, sobre todo) estarán más que presentes en este blog. Procuraré pues trasladaros mi punto de vista, intentando que se trate de información inédita en el océano en el que navegamos. ¡Bienvenidos!