martes, 26 de octubre de 2010

¿Por qué será?




Cuelgo en Facebook la siguiente noticia: “Los paquetes de TV, teléfono e Internet en España cuestan el doble que en Europa”. Y todos los comentarios de mis amigos que viven o han vivido en otros países europeos van en la misma dirección: la diferencia es escandalosa.

Pero lo cierto es que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denuncia periódicamente este despropósito y, sin embargo, responsables políticos, operadoras e internautas miran hacia otro lado, centrando su atención en otros menesteres más populistas. Se suceden los comentarios-protesta al más puro estilo Troll de Internet* durante algunas horas, pero nadie llega a movilizarse realmente por ello. Y yo me pregunto por qué al Sr. Rodríguez Ibarra, mejor conocedor, seguro, del pago de la factura mensual de teléfono que de las posibilidades de compra de música online (¡aunque él no se lo crea, no es necesario comprar el álbum completo si sólo te gustan dos canciones!), no le da por meterse con las poderosísimas telecos.

Hace algunas semanas, Telefónica anunciaba que su pequeña aportación al fin de la neutralidad de la red sería adaptar las tarifas planas al consumo real de los usuarios. A mí no me parece tan mala idea. Dejando a un lado que lo más probable es que, cuando esto ocurra, ningún proveedor rebajará en idéntica proporción el precio de las tarifas a los clientes que consuman menos; creo que una mayor división de tarifas podría ser el comienzo hacia una relación más justa entre las grandes operadores y los usuarios de sus servicios. Siempre que éstas aprendan a competir de verdad y no continúen la pantomima iniciada con la pseudoliberación de las líneas de Telefónica.

Vuelvo pues al primer post de Generación i, en el que animaba a los visitantes de este blog a ser críticos con la sobreinformación que nos rodea, especialmente con todo aquello que proviene de Internet, de las redes sociales. Me resisto a pensar que el entorno digital promueve, por sus características y especialmente el lenguaje, la contaminación y el sesgo malintencionado de la información. Pero he experimentado estos días la sensación de que los medios de comunicación (más bien empresas de comunicación) repiten sistemáticamente los mismos errores: titulan, cortan y pegan a su antojo, hasta el punto de burlar la inteligencia de quien toma su tiempo en contrastar varias fuentes antes de emitir (twittear) un juicio.

Me pregunto también qué extraño misterio se esconde detrás de la escasez de información en los medios acerca de los problemas de acceso a la red en las zonas rurales o los engaños sistemáticos de las teleoperadoras a la hora de ofrecer servicios (esto es, cuando estás pagando 20Mb y tu tráfico es de 100kb).

¿Será porque las páginas de los periódicos están repletas de anuncios de las telefónicas?



*personaje de @eljueves

No hay comentarios:

Publicar un comentario